¿Generan las familias y la propia sociedad prejuicios en los niños y niñas?
Hace un par de días asistí a un Taller de Bordado y Costura Murciana que se impartió en una clase de primero de Primaria, con el fin de colaborar con la tutora de la clase en el taller.
El aula trabaja desde el Aprendizaje Basado en Proyectos, siendo en este trimestre el Proyecto de la Región de Murcia. Uno de los contenidos es Fiestas y Tradiciones de Murcia, desde el que la tutora incluyó una actividad relacionada con las tradiciones del bordado, bolillo, tejer con agujas y costura.
Este tenía la finalidad de introducir a los alumnos y alumnas en el arte de bordar y tejer de manera artesanal, que tristemente se está perdiendo en Murcia, ya que las nuevas generaciones no se introducen en este arte tan laborioso y peculiar, salvo excepciones, parece ser algo que queda únicamente para nuestras abuelas y Peñas Huertanas.
Comenzaré explicando de que iba el Taller, que fue impartido por dos abuelas voluntarias.
A los niños y niñas antes de comenzar el Taller se les explicó en que iba a consistir, así como las distintas técnicas, utensilios y telas.
Entre todos y todas hicieron un mural de aula, recogiendo información sobre las diferentes técnicas.
DISTINTOS UTENSILIOS Y TÉCNICAS
- Bolillo: es una técnica de costura que entreteje hilos que están en las bobinas de hilo. Los bolillos son palitos de madera que se sujetan a un cajón, de madera también.
- Bastidor: es un soporte de manera donde se coloca una tela para bordar.
- Ganchillo: es una aguja de metal o plástico que teje hilo o lana.
- Hacer punto: se teje lana o hilo con dos agujas largas.
- Tela de saco: punto cadeneta y punto de cruz.
Se proyectaron vídeos relacionados con cada una de las técnicas y los resultados finales.
Carmen y Ángeles, que fueron las dos abuelas que se ofrecieron a realizar el Taller, explicaron a los niños y niñas todos los tipos distintos de costura y bordado que saben realizar, la tutora les fue llamando uno a uno para que pudieran coser y bordar con ellas.
Desde que entramos a la clase y colocamos las diferentes telas y bordados sobre las mesas, se podían escuchar a los niños y niñas diciendo ¡Hala...que chulo!!...¡¡Pues sí que saben hacer cosas!!
Tanto niñas como niños se ilusionaron muchísimo con el Taller de Costura, todos y todas querían salir voluntarios para coser.
Durante el Taller, ningún niño (varón) dijo ni insinuó que coser era de niñas, estamos hablando de niños de primer curso de primaria disfrutando y alabando algo que hace veinte años atrás hubiesen rehusado por "ser de niñas".
Es más, me llamaban sonriendo y me decían: ¡Seño Laura mira el corazón que he hecho! ¡Laura, mira, he cosido mi nombre!!
Le pidieron a la tutora llevarse a casa la tela y la aguja (de plástico) para seguir cosiendo con papá y mamá.
Otra cosa que me impactó, a parte del enorme éxito del Taller entre los niños, fue la utilización del lenguaje no sexista en la clase, no me impresionó el hecho de que lo usará la tutora, sino el efecto en sus alumnos/as.
Al finalizar el Taller, una de las abuelas felicitó tanto a niños como a niñas por lo bien que lo habían hecho, pero lo que dijo en voz alta a la tutora fue: "Hay que ver, tienes unos niños fantásticos, se portan genial y lo han hecho super bien".
La abuela no se dio cuenta de que la niña que yo tenía al lado se quedó sorprendida, ya que se sintió excluida de ese halago, y dijo: ¡Y las niñas también! ¿Por qué solo los niños?
Yo a su edad tenía totalmente asumido que yo tenía que entrar en un vocabulario genérico masculino y que era lo que había, e incluso hoy en día, no me ofende cuando en un lugar hay 20 chicas y 4 chicos y al llamarnos nos dicen "vosotros".
Pero claro, escuchas a su maestra cuando pide un voluntario, le levantan la mano 10 niños y 4 niñas y les dice he pedido voluntarios, luego pediré voluntarias, remarcando y dejando claro que las niñas tienen su propia identidad como chicas, incluyendo el lenguaje.
De ahí que piense que una buena maestra debe valorar a sus alumnas y alumnos de forma igualitaria y a la vez diferenciada.
También he comprendido que los prejuicios no vienen de serie con el niño o la niña, sino que son las propias familias y la sociedad las que se los generan.
De ahí que en primero de Primaria a un niño no le importe coser o jugar a las muñecas y que en Sexto diga que eso es de niñas.
Este Taller también ha fomentado la cooperación y los valores en el alumnado, ya que se ayudaban entre sí cuando veían que su amigo o amiga no podían hacerlo, o necesitaban ayuda y yo estaba ocupada con otro compañero/a.
Además, haber realizado un Taller de Costura y Bordado en la clase ha desarrollado capacidades de atención, coordinación óculo-manual, direccionalidad, creatividad, imaginación...
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